Dir. Paul Urkijo
Edurne Azkarate, Eneko Sagardoy, Itziar Ituño...
España, 2022, 111 minutos
No falta de nada, lamias, eguskilores, sorgiñes, tesoros, cuevas, ovejas de buen tamaño... del universo mítico vasco en esta historia situada en el siglo VIII cuando empiezan a aclararse las nieblas mágicas y paganas para apuntar la nueva religión, los señoríos territoriales y los monasterios sufragados con los diezmos de todos.
Es la típica película de espadas y brujería, con una factura exquisita incluso en los efectos especiales, propia de una película multinacional. Destacan los paisajes, la actuación de Edurne Azkarate frente a un blandito Eneko Sagardoy y sobra gran parte de una banda sonora cargante e invasiva.
El listísimo canallita de Sánchez Dragó, fallecido recientemente al leer inadvertidamente uno de sus libros, se inventó un best seller de largo recorrido, plagado de chorradas carpetovetónicas para dibujar un país que en lugar de toros, pandereta y nacionalcatolicismo casposo tuviera bizarros antepasados míticos que enlazaban Templarios con Golem y Atlántida con minotauros.
Estrictamente para menores de 14 años en palabra, obra u omisión, o al menos pertrechados de esa curiosidad infantil que hace creerse cualquier cuento con tal de que haya amor, violencia, un poquito de maldad, brujas de buen corazón y tradición, mucha tradición.
Esa que la Polla Record decía que era un maldición.
alfonso