Dir. John Madden
Act. Helen Mirren, Tom Wilkinson, Ciaràn Hinds, Jessica Chastain, Marton Csokas, Sam Worthington
De la culpa como una de las las bellas artes
Al fin y al cabo la religión cristiana se basa en ella y en esta película la usan a modo. El pueblo judío es el campeón de la culpa. De la Gran Culpa por crucificar a Cristo; de la Segunda por ir como ovejas al matadero nazi, que claro, sale en la cinta. Y para guinda, los feroces agentes del Mossad mienten a su pueblo y se la pasan expiando 30 años.
Pero la peli es buena, extrayendo lo mejor de ese jugoso filón que son las historias de espías de la Guerra Fría. Tiene una cuidadísima y vaporosa ambientación cambiando el Berlín trucho de los sesenta por la Budapest trucha actual y donde hasta la textura de las luces refleja esa década. Los actores están todos muy bien y no digamos ya Helen Mirren. Lástima de final que huele a imposición de los productores.
Lástima también que a los palestinos les haya tocado hacer de chivos expiatorios para probar que los judíos nunca más van a dejarse matar inertes.
Y pagar la deuda. Con intereses.
alfonso