Dir. Gavin O'Connors
Act. Edward Norton, John Voight, Colin Farrell
El mejor plató del mundo
Nada de honor en este caso de mala traducción, sino Pride and glory, Gloria y orgullo. Corrupción un montón, pero no la que tanto gusta por estos pagos, la político-inmobiliaria, sino la policial, más pedestre y menos glamurosa.
Los directores-productores, hijos de irlandeses y de policías de Nueva York, eligen unos escenarios extraordinarios, el Bronx y Brooklyn, una fotografía intensa y oscura y unos actores gran reserva para realizar una cuidadísima actuación coral, con un Norton contenido, un Colin Farrel limado y un Voight perfecto, en una cinta estupenda al mejor estilo Serpico revisitado.
Por cierto, los menores de, ¡ejem!, treintaytantos, se quedan con los ojos a cuadros cuando se nombra aquella película que creó escuela de los maestros Sydney Lumet y Al Pacino.
La disfrutarán incluso las no aficionadas al cine policial violento aunque se tapen la cara cuando Colin Farrel amenace con una plancha a todo vapor a un bebé. Pero es una lástima la pelea final, forzada y aromatizada con música irlandesa y el sempiterno FFF, forzado final feliz.
alfonso