Dir. Simón Stone
Reparto: Carey Mulligan, Ralph Fiennes, Lily James...
Uk, 2021, 112 minutos
Netflix
Como bien sabía Buñuel y ahora Terry Malick, de cualquier trabajo alimenticio puede hacerse una gran obra. No hay más que asistir a la actuación de Carey Mulligan sobre esta ramplona película contada con poca gracia. Pero para destacar y disfrutarla hay que atender a Carey, a su sutil, discreta y elegantísima actuación de una de las mejores del oficio desde que debutó en An Education, muy bien secundada por un tristón Fiennes que recuerda al abatido abogado de El lector.
Se trata de una excavación sobre unos túmulos que descollan en Suffolk, tierra de penumbra, que acaban siendo tumbas sobre barcos, rito vikingo, aunque perpetrado por los merovingios, anglosajones del siglo VI.
El tesoro, las monedas y el arte funerario atestiguan según los protagonistas la cultura y civilización de ese pueblo tenido por feroces guerreros siempre enfrascados en guerras y matanzas. La ironía es que se dice cuando está a punto de empezar la II Guerra Mundial.
No obstante a la guionista le reprochamos hacer hablar a un niño de siete años como si fuera consejero espiritual de algún programa de citas de una televisión basurera y algunos otros anacronismos que chirrían como una uña sobre el pizarrón.
Como en el psicoanálisis, excavar sobre el pasado, remover a los muertos, agitar las nieblas y perturbar las tinieblas no trae más que disgustos, malas sorpresas y plomo en las alas. Una profesión de riesgo solo apta para cuentacuentos argentinos, perdón por la redundancia.
alfonso