Reparto: John David Washington, Adam Driver, Topher Grace...
EE.UU. 2018, 128 minutos
Panfleto sesentero
A Spike Lee como a Tarantino se le permiten todas las tonterías en base a su "gran talento visual". Mientras uno perpetra un montón de astragantes paridas a lo chico malo de Hollywood, el otro se lía a contarnos panfletos que desprecian el intelecto del espectador.
Así ocurre con esta película que además juega a ridiculizar a Trump y a los grotescos personajes del Klan, lo que debería llevarnos al elogio rendido como ha pasado en Cannes con las gracietas, el montaje antediluviano, la chata descripción de personajes tipo Shaft, muchos planos rancios y el aburrimiento en general de esta cinta.
En esto recuerda al peor Almodóvar (¿hay alguno bueno?) que cree que haciendo propaganda barata en época de elecciones se le perdona el bodrio y ese insufrible mirarse el ombligo. Cada uno filma para su parroquia en definitiva.
Ni los actores, ni la música puramente diegética, es decir, aquella que sucede en la película como parte de la acción, ni la fotografía, ni un guión peripatético salvan el metraje excesivo de 128 minutos, al que sin duda aplaudirán sus incondicionales de Harlem, como aplauden a Almodóvar en Chueca y al cretino de Tarantino en...el finado Studio 54 de Nueva York, donde el otro cretino integral de Andy Warhol lucía peluquín.
Una pena que los panteras negras hayan quedado como estilizados peluches afro.
alfonso