martes, 13 de noviembre de 2018

A Ghost Story

Todos seríamos fantasmas
Dir. David Lowery

Act. Rooney Mara, Casey Affleck, Rob Zabrecky...

EE UU, 2017, 87 minutos

















Todos seríamos fantasmas
Solo los chinos y yo creemos en los fantasmas. Incluso en este, envuelto en una sábana blanca con dos agujeros negros para los no ojos, que merodea por la casa de su ex mujer una vez muerto, bailando entre diferentes edades.

En realidad la cita del título es de Héctor Aguilar Camín y dice textualmente que "en una realidad más estricta todos seríamos fantasmas". Quizá no tan poéticos y melancólicos como el que interpreta el magnífico Casey Afflek, reverso luminoso del cretino de su hermano Ben, al que da réplica Rooney Mara apoyada en un físico tan singular.

El director ha optado por el formato 4:3 con esquinas redondeadas y brinda toda una lección sobre el encuadre. La crítica bienpensante la ha comparado con El árbol de la vida de Malick. No gustará a casi nadie que no sepa mirar sin ver.

Hay que dejarse llevar por la poesía y flotar como el espectro sobre la áspera realidad hasta la disolución. Ojalá que todos los que nos rodean fueran como este. Yo prometo serlo.
alfonso

(...) seguir el primer imperativo fenomenológico: ir a las propias cosas para describirlas, intentar poner rigurosamente en palabras lo que normalmente no se suele poner en palabras, lo que se suele considerar inexpresable… Coger el mundo, rehacerlo y devolverlo casi sin cambiar excepto por lo que se ha observado. Este estilo cinematográfico divergente gira en torno a cuestiones de la identidad humana, el propósito y la libertad.

(Sobre el cine de Malick) en En el café de los existencialistas, Sarah Backwell